En horas de la tarde del sábado 17 de noviembre de 2018, Quito enfrentó una serie de emergencias provocadas por un fuerte aguacero acompañado de una granizada que cubrió gran arte del centro histórico. También fue evidente una tormenta eléctrica.

Los organismos de socorro y Policía Nacional se activaron al igual que el personal y maquinaria de las diferentes empresas públicas municipales, con el fin de atender los cierres de vías, los reportes de inundaciones y los inconvenientes que se presentaron con vehículos y el cierre de vías.

Los principales problemas se reportaron en algunas vías como en el sector del Trébol, en la ruta hacia el Valle de los Chillos dónde se registró un deslizamiento de tierra y obligó al cierre de la autopista General Rumiñahui, lo mismo fue en la vía Collas; funcionarios municipales también informaron que la avenida Marisacal Sucre fue una de las más afectadas.

El viaducto de la 24 de Mayo quedó inundado y el paso fue cerrado, igual en las calles Montúfar y Sucre se taponaron las alcantarillas por la basura y el granizo y a la salida del túnel Guayasamín se informó de la caída de piedras.

También se reportó el colapso en el mercado de San Roque, en el centro de la urbe. porque una parte de la cubierta de policarbonato en la zona donde se venden muebles no aguantó la capa de hielo; no se hubo reportes de víctimas. Lo mismo ocurrió con la cubierta de una estación de servicio de Petrocomercial, ubicada en la avenida Simón Bolívar, sector de La Argelia.

El Cuerpo de Bomberos, se reportaron en La Forestal, la Ferroviaria Baja, vía antigua a Conocoto, Chaguarquingo, Recreo y Solanda en el sur y la Tola Baja en el centro. Personal de la municipalidad inició operaciones en la calle Manuel María Sánchez y Juan Ramírez en el acceso nueve al estadio Olímpico Atahualpa, porque la vía se hundió y tuvo que ser cercada inmediatamente para evitar el paso de los vehículos.

Voceros del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología aseguraron que el evento responde al inicio de la temporada lluviosa que se extenderá hasta mayo del próximo año; confirmaron que el fenómeno se observa desde la semana pasada a propósito de las grandes cantidades de nubes provenientes de la Amazonía, que chocan con el calor en la superficie de Quito y el callejón interandino producen las fuertes precipitaciones.