El presidente Daniel Noboa, en un perfil publicado por The New Yorker, reveló aspectos críticos sobre la situación del país, señalando que el 60% de la clase política de Manabí está vinculada con traficantes. Esta declaración se enmarca en una serie de eventos que han puesto a Manta en el centro de atención.

La presencia militar en Manta se incrementó después de que Noboa anunciara el traslado del Comando Nacional de la Policía y el de las Fuerzas Armadas a la ciudad para enfrentar la creciente violencia. Noboa comparó la situación en Manta con la de Sinaloa, México, una región históricamente dominada por el narcotráfico.

La vinculación de políticos con el narcotráfico quedó en evidencia con el asesinato del exalcalde de Manta, Agustín Intriago, el 24 de julio. Meses después, chats revelados por la Fiscalía en el caso Metástasis mostraron una estrecha relación entre el narcotraficante Leandro Norero y el exalcalde. Norero planeaba delitos contra la administración pública a través del municipio de Manta, firmando contratos con empresas ligadas a él para lavar dinero. Varios nombres de personalidades «conocidas» , en el Puerto Manabita han sido mencionadas en pasquines que circulan en la ciudad.

Manta está sumida en la violencia debido a la disputa entre Los Pepes, una subcélula de Los Lobos, y Los Choneros. Estas bandas rivales luchan por el control del territorio y los negocios del narcotráfico. Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), Manta es crucial para los acuerdos entre redes criminales, políticos y otros actores internacionales.