Dos días después del intento de asesinato contra el ex presidente Donald Trump durante un acto de campaña en Pennsylvania, los investigadores siguen buscando pistas sobre los motivos que llevaron a Thomas Matthew Crooks, de 20 años, a perpetrar el ataque mortal.

El FBI está tratando el incidente como un posible acto de terrorismo, dado que Crooks llevaba materiales para fabricar bombas en su automóvil, además de un segundo «dispositivo sospechoso» encontrado en su casa. Aunque las autoridades creen que actuó solo, continúan investigando para determinar si hubo algún co-conspirador involucrado.

Crooks, residente de Bethel Park, Pennsylvania, llamó la atención inicialmente por su comportamiento inusual en el mitin, antes de emprender un intento desesperado de asesinato desde el techo cercano al evento. En el tiroteo resultante, Trump resultó herido en una oreja, un espectador murió y dos más quedaron gravemente heridos antes de que Crooks fuera abatido por agentes del Servicio Secreto.

Hasta el momento, no se han encontrado comentarios amenazantes en sus redes sociales ni posturas ideológicas que expliquen el ataque. Crooks había sido registrado como votante republicano en Pennsylvania, pero también había donado a un comité de acción política progresista, lo que añade un componente de complejidad a los motivos detrás del incidente.

El perfil de Crooks revela un historial de marginación y acoso escolar, con testimonios que describen cómo era ridiculizado por su apariencia y sus intereses, como el intento fallido de unirse al equipo de tiro de su escuela. Trabajaba como asistente nutricional en un asilo de ancianos, un empleo que contrasta con el perfil de un posible perpetrador de violencia.