En una reciente declaración, la Unidad Popular, a través de su Consejo Directivo, ha reafirmado su compromiso con la búsqueda de unidad en los movimientos de izquierda del país. Sin embargo, han sido enfáticos en marcar una clara distinción en sus alianzas políticas. «Unidad sí, pero no con el correísmo», recalcó Geovanny Atarihuana, uno de los líderes destacados del partido.

La postura de la Unidad Popular subraya su intención de colaborar con otras fuerzas políticas de izquierda, pero excluyendo específicamente al correísmo, movimiento liderado por el expresidente Rafael Correa. Esta decisión se enmarca en la estrategia de consolidar un frente unido, pero manteniendo la distancia de aquellas corrientes que, según ellos, no representan los valores y principios que defiende su partido.

Contexto Político

La declaración de Atarihuana llega en un momento crítico para la política ecuatoriana, con diversos movimientos y partidos de izquierda buscando fortalecer sus posiciones de cara a futuras elecciones. La diferenciación con el correísmo podría implicar un intento de la Unidad Popular por atraer a un electorado desencantado con la figura de Correa y sus aliados, buscando así construir una alternativa política más amplia y diversa.

Reacciones y Expectativas

La afirmación de «Unidad sí, pero no con el correísmo» ha generado diversas reacciones en el espectro político. Algunos analistas consideran que esta postura podría consolidar la base de la Unidad Popular, mientras que otros advierten sobre los desafíos de mantener una alianza amplia sin la inclusión del correísmo, un movimiento con significativa influencia en el país.

En las próximas semanas, se espera que la Unidad Popular continúe con sus esfuerzos de articulación política, estableciendo diálogos con otros movimientos de izquierda y delineando estrategias para fortalecer su presencia y relevancia en el panorama político ecuatoriano.