Ecuador continúa atravesando una severa crisis energética a pesar de haber implementado apagones programados desde el pasado fin de semana. Estos cortes, que en algunas zonas se extienden hasta 14 horas diarias, no han logrado aliviar la situación, aunque han reducido el consumo eléctrico en un 25 %.

La principal causa de la crisis radica en la baja capacidad operativa de las hidroeléctricas debido a la sequía que afecta los embalses. A nivel nacional, Ecuador cuenta con una capacidad de generación hidráulica de 5 074 megavatios (MW), pero actualmente solo se están produciendo 1 412 MW, lo que agrava la situación de suministro eléctrico.

Las hidroeléctricas del complejo Paute, responsables de gran parte de la generación del país, se encuentran severamente afectadas. La central Mazar, con capacidad para generar 170 MW, está completamente fuera de servicio. Paute Molino, la segunda mayor planta hidroeléctrica del país, tiene una capacidad de 1 100 MW, pero actualmente solo produce 162 MW. Sopladora, que puede generar 489 MW, está entregando apenas 102 MW.

La situación en otras centrales no es más alentadora. La hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, en la provincia de Napo, de una capacidad instalada de 1 500 MW, apenas produce 502 MW. En la costa, la hidroeléctrica Marcel Laniado, que habitualmente genera 212 MW, está entregando solo 75 MW. En total, la generación hidroeléctrica, que normalmente representa el 74 % de la energía del país, ha caído al 54 %.

A pesar de los apagones, los embalses no han mostrado señales de recuperación. El embalse de Mazar, uno de los principales, sigue en su cota mínima de 2 116 metros sobre el nivel del mar, el mismo nivel que registraba al inicio de los cortes programados.

La sequía, junto con la reducción de la generación hidroeléctrica, ha puesto en riesgo el suministro de energía en todo el país, lo que mantiene a las autoridades en alerta ante una posible extensión de los cortes eléctricos en los próximos días.