WASHINGTON (AP) — Estados Unidos anunció el miércoles una nueva ola de sanciones por “crímenes de guerra” contra Rusia que, según el presidente Joe Biden, obstaculizará la economía del país en los años venideros. El Reino Unido rápidamente hizo lo mismo, y más dolor venía de la Unión Europea a medida que Occidente aprieta las tuercas económicas de Vladimir Putin.

Haciéndolo personal, las sanciones de EE. UU. señalaron a la familia del presidente ruso, apuntando a sus dos hijas adultas además de bloquear dos bancos rusos clave.

Las últimas sanciones subrayan el dolor económico que enfrenta Rusia, ya que la evidencia de que sus tropas mataron a civiles ucranianos conduce a sanciones cada vez más severas por parte de Estados Unidos y sus aliados occidentales que erosionan la capacidad de combate de Putin. Biden enfatizó que las consecuencias económicas podrían durar más que la guerra.

“Vamos a sofocar la capacidad de crecimiento de Rusia en los próximos años”, dijo Biden.

Si bien las rondas de aumento de las sanciones no han obligado a Putin a abandonar la guerra, han puesto a Rusia en circunstancias económicas cada vez más desesperadas a medida que las fuerzas ucranianas resisten sus ataques. La clave para la efectividad de las sanciones ha sido la unidad entre Estados Unidos y las naciones europeas. Y las atrocidades reveladas en Ucrania han intensificado la presión sobre Alemania y otros países para ir más allá y unirse a EE. UU. y Lituania para bloquear todas las exportaciones de energía rusa.

El Reino Unido acumuló el miércoles congelaciones de activos contra dos grandes bancos, una prohibición de inversiones británicas en Rusia y una promesa de poner fin a la dependencia del carbón y el petróleo rusos para fin de año.

También se esperaba que la Unión Europea tomara pronto medidas adicionales, incluida la prohibición de nuevas inversiones en Rusia y un embargo sobre el carbón, después de la reciente evidencia de atrocidades que surgieron a raíz de la retirada de las fuerzas rusas de la ciudad de Bucha.

Estados Unidos actuó contra dos de los bancos más grandes de Rusia, Sberbank y Alfa Bank, prohibiendo que los activos pasaran por el sistema financiero estadounidense y prohibiendo a los estadounidenses hacer negocios con esas dos instituciones.

Además de las sanciones dirigidas a las hijas adultas de Putin, Mariya Putina y Katerina Tikhonova, Estados Unidos tiene como objetivo al primer ministro Mikhail Mishustin; la esposa y los hijos del Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov; y miembros del Consejo de Seguridad de Rusia, incluido Dmitry Medvedev, ex presidente y primer ministro.

Las sanciones excluyen a todos los familiares cercanos de Putin del sistema financiero estadounidense y congelan cualquier activo que tengan en Estados Unidos.

Se esperaba que Biden firmara una orden ejecutiva que prohibiría nuevas inversiones en Rusia por parte de los estadounidenses sin importar dónde vivan. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos estaba preparando más sanciones contra las empresas estatales rusas, según la Casa Blanca.

Gran Bretaña anunció la congelación de activos contra Sberbank y el Banco de Crédito de Moscú y designó a ocho oligarcas rusos a quienes, según dice, Putin “utiliza para apuntalar su economía de guerra”.

“Junto con nuestros aliados, le estamos mostrando a la élite rusa que no pueden lavarse las manos ante las atrocidades cometidas por orden de Putin”, dijo la secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss.

Gran Bretaña ya había anunciado un plan para eliminar gradualmente el petróleo ruso, que representa el 8% del suministro del Reino Unido. Rusia es el principal proveedor de carbón importado al Reino Unido, aunque la demanda británica del combustible contaminante se ha desplomado en la última década.

Gran Bretaña no ha dejado de importar gas natural ruso, que representa el 4% de su suministro, y solo ha dicho que lo hará «lo antes posible».

Vídeos e imágenes de cadáveres en las calles de Bucha tras ser recuperada de manos de las fuerzas rusas han desatado una ola de indignación entre los aliados occidentales, que han elaborado nuevas sanciones como respuesta.

La prohibición propuesta por la Comisión Europea sobre las importaciones de carbón sería la primera sanción de la UE dirigida a la lucrativa industria energética de Rusia por su guerra en Ucrania.

El jefe de asuntos exteriores de la UE, Josep Borrell, dijo que la energía era clave para las arcas de guerra de Putin. Y debido a que la guerra ha elevado los precios, Rusia se ha beneficiado de poder vender su gas natural y petróleo al resto del mundo.

“Mil millones de euros es lo que le pagamos a Putin todos los días por la energía que nos proporciona desde el comienzo de la guerra. Le hemos dado 35 mil millones de euros. Compare eso con los mil millones que le hemos dado a Ucrania en armas y armas”, dijo Borrell.

La constante intensificación de las sanciones es menos una señal de sus deficiencias que la creciente presión contra Rusia en su búsqueda de inversión extranjera y bienes básicos, dijo Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, a los periodistas en un desayuno del miércoles. “Necesitamos tener paciencia y perspectiva cuando se trata de los impactos en Rusia de este régimen de sanciones paralizante y sin precedentes”, dijo Deese en el evento patrocinado por The Christian Science Monitor.

Deese señaló que la inflación rusa es del 2% semanal, lo que se sumaría a una inflación anual superior al 200% anual. Señaló que la administración de Biden espera que los precios rusos finalmente no aumenten más del 200% este año.

Si bien la Casa Blanca ha dicho que Rusia no debería asistir a la reunión del G-20 en Indonesia en noviembre, señaló que de todos modos podría abandonar la organización porque su economía se ha reducido de manera tan dramática.

Después de que varios países europeos anunciaran la expulsión de los diplomáticos rusos, la Comisión Europea propuso un quinto paquete de sanciones que incluye una prohibición de las importaciones de carbón que podría adoptarse una vez que los embajadores del bloque de 27 naciones lo aprobaran por unanimidad.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la prohibición del carbón tiene un valor de 4.000 millones de euros (4.400 millones de dólares) por año y que la UE ya ha comenzado a trabajar en sanciones adicionales, incluidas las importaciones de petróleo.

No mencionó el gas natural, con consenso entre los 27 países de la UE sobre el combustible utilizado para generar electricidad y calentar hogares difíciles de asegurar en medio de la oposición de miembros dependientes del gas como Alemania, la economía más grande del bloque.

Pero el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que el bloque debería mantener la presión sobre el Kremlin, sugiriendo que también debería exigirse un embargo a las importaciones de gas en algún momento en el futuro.

“El nuevo paquete incluye una prohibición a las importaciones de carbón”, dijo Michel el miércoles. “Creo que también se necesitarán medidas sobre el petróleo, e incluso el gas, tarde o temprano”.

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Petrequin informó desde Bruselas. Los periodistas de Associated Press Zeke Miller en Washington y Jill Lawless en Londres contribuyeron con este reportaje.