Antisociales sustrajeron las pertenencias del templo San Diego ubicado en el centro de Quito. Los religiosos manifestaron su preocupación ante este acto de violencia.

Actualmente en el Ecuador, ni las iglesias se salvan de la delincuencia. Esta vez le tocó al templo San Diego, los delincuentes sustrajeron computadoras, micrófonos, una caja fuerte con dinero, velas y hasta hostias, mismas que se usan presuntamente para rituales de superstición, brujería o algún rito satánico, según las declaraciones de Ismael Márquez, sacerdote franciscano.

«Es un sacrilegio, una violación. Violentaron la sagrada Eucaristía», dice uno de los religiosos. Hasta el momento suponen que los antisociales habrían ingresado por uno de los costados del Convento de San Diego, pero aun así no logran explicarse cómo burlaron las seguridades incluso con las cámaras del ECU 911 fuera del templo.

Las imágenes religiosas están completas sin embargo, los delincuentes forzaron los parlantes, la caja fuerte, los alcancías. Se trata del templo de la tradicional Leyenda del Padre Almeida, que dice que de ese lugar se escapaba el mítico personaje para realizar sus ‘fechorías’.

Los religiosos están asustados, piden ayuda y solidaridad con esta casa de oración, donde antes reinaba la paz.

Cambiaron todas las seguridades y esperan ayuda. Temen por las imágenes patrimoniales, no es la primera vez que los ladrones logran entrar y no están seguros que sea la última.