Un fin de semana sangriento sacudió la provincia de Manabí, con varios incidentes de sicariato que dejaron un saldo trágico de al menos nueve personas fallecidas. El caso más impactante ocurrió la tarde del domingo 18 de agosto en el cantón San Vicente, donde el cadáver de una mujer quedó expuesto en una de las ventanas de un bus, tras ser víctima de un ataque armado. Dentro de la misma unidad se encontró el cuerpo sin vida de un hombre.

Este incidente se suma a una serie de asesinatos ocurridos en distintas localidades de la provincia. El sábado, en Manta, dos hombres fueron asesinados en diferentes ataques armados. El primer ataque se registró al mediodía en el barrio Las Cumbres, en la parroquia Eloy Alfaro, cuando cinco hombres que se encontraban afuera de una tienda fueron sorprendidos por disparos. Uno de ellos, de 51 años, falleció en el hospital.

Según Emerson Luna, jefe policial de Manta, el ataque fue ejecutado por un solo tirador en motocicleta, aparentemente dirigido hacia una persona en particular, mientras que las demás víctimas serían colaterales.

Horas más tarde, en la parroquia Tarqui, un hombre de 35 años fue asesinado a las afueras de su vivienda. Con estos incidentes, el distrito Manta registra 187 muertes violentas en lo que va del 2024.

En Portoviejo, los hechos violentos comenzaron la noche del viernes, cuando un hombre fue baleado en la ciudadela Bellavista. El sábado, en un periodo de menos de dos horas, cuatro personas perdieron la vida en dos ataques armados.

 El primer ataque ocurrió pasadas las 20:00 en los arenales de la parroquia Crucita, con una víctima fatal. Posteriormente, alrededor de las 23:00, un atentado en la ciudadela San Alejo de la parroquia urbana Andrés de Vera cobró la vida de tres hombres, uno de los cuales murió en la escena, mientras que los otros dos fallecieron en el hospital.

A pesar de los operativos policiales desplegados, no se han reportado capturas de los sospechosos responsables de estos crímenes. Las autoridades continúan investigando los móviles detrás de estos actos de violencia que mantienen en vilo a la población manabita.