La extorsión sigue atemorizando al sector camaronero en Ecuador: a pesar de los esfuerzos, la inseguridad persiste
El sector camaronero de Ecuador enfrenta una creciente ola de extorsión y violencia, que amenaza su estabilidad y competitividad.
4 febrero, 2025
La extorsión se mantiene como una de las principales amenazas para el sector camaronero en Ecuador, afectando gravemente a los productores y trabajadores de la costa. A pesar de los operativos de control realizados por la Policía Nacional en enero de 2025, con 414 intervenciones y la detención de 208 personas, entre ellas miembros de temidas bandas como los Lobos, Choneros y Tiguerones, el problema persiste.
Las estadísticas de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador revelan que el 95% de las camaroneras de la provincia de El Oro han sido «vacunadas», es decir, sometidas a extorsión, mientras que más del 40% de las productoras en otras provincias como Guayas, Santa Elena, Manabí y Esmeraldas continúan siendo vulnerables a estos actos delictivos.
El Golfo de Guayaquil fue escenario de un asalto reciente cuando un grupo armado interceptó una embarcación camaronera, robó las pertenencias de la tripulación y secuestró al capitán, quien fue rescatado tras 10 horas de intensa búsqueda. Este tipo de incidentes ha incrementado la preocupación sobre la creciente violencia en la zona.
Además, un ataque en la localidad de Taura mostró la falta de respuesta ante la violencia creciente, cuando 15 delincuentes armados irrumpieron en una camaronera, forzando a un empresario a denunciar la inacción de las autoridades, lo que permitió a los atacantes huir sin consecuencias.
Frente a esta situación, la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) ha solicitado al Ministerio de Defensa y al de Finanzas mayores recursos y seguridad en las zonas marítimas, subrayando que es urgente una acción contundente del Gobierno para garantizar la seguridad y estabilidad en el sector.
El sector camaronero, vital para la economía del país, sigue enfrentando enormes desafíos. La extorsión y la violencia se han convertido en una sombra constante que amenaza con seguir golpeando la productividad y la competitividad del Ecuador en el mercado internacional.