Durante el apagón nacional que se llevó a cabo desde la madrugada del jueves 19 de septiembre de 2024, el Bloque de Seguridad se desplegó en zonas estratégicas del país para mantener el orden y la seguridad. Los convoys, compuestos por un patrullero y cuatro motocicletas, patrullaron carreteras y establecieron puntos de revisión de vehículos en rutas clave.

En Quito, agentes civiles de tránsito, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas trabajaron conjuntamente para controlar el tráfico. Pese a la coordinación, la noche se tornó violenta: en Carapungo, un motociclista fue asesinado en una balacera previa al apagón. Los vecinos indicaron que la mayoría de personas se encontraban en sus hogares esperando el corte de energía cuando escucharon los disparos.

En Guayaquil, la situación fue diferente. Los negocios cerraron más temprano y las calles quedaron prácticamente vacías. Pocos taxistas circularon, ya que la mayoría de la población prefirió quedarse en casa. Durante la madrugada, efectivos de las Fuerzas Armadas realizaron operativos en sectores como la Isla Trinitaria y Durán, donde se decomisaron armas de juguete, armas blancas, municiones y droga.

Las operaciones de seguridad se extendieron a otras provincias. Se ejecutaron controles en rutas como Aloag – Santo Domingo, Quevedo, El Empalme – Balzar, Guayaquil – Bucay – Cuenca, y El Carmen – Chone, entre otras. Estos controles buscaban evitar incidentes y garantizar la seguridad de la población durante el inusual evento.

El corte de energía, anunciado con anticipación, afectó la rutina de los ciudadanos en varias ciudades. En Cuenca, el alcalde Cristian Zamora recorrió personalmente sectores sin servicio eléctrico, como la avenida De las Américas, mientras que en redes sociales miles de personas transmitieron en vivo la experiencia del apagón.

El apagón nacional y el despliegue del Bloque de Seguridad reflejan la necesidad de coordinar esfuerzos entre distintas entidades para enfrentar situaciones que puedan alterar el orden público en el país.