Una fuerte explosión en la intersección de las calles Eloy Alfaro y Ayacucho, la noche del martes 3 de junio, alteró la tranquilidad de La Bahía, zona altamente comercial de Guayaquil. Las imágenes difundidas mostraron estructuras destrozadas, vidrios rotos y un mensaje de terror: panfletos con amenazas de extorsión.

La detonación no dejó heridos, pero sí un claro mensaje de intimidación contra los comerciantes. Las autoridades iniciaron investigaciones inmediatas para dar con los responsables.

Capturan al presunto responsable: Iván B. ya enfrenta cargos por terrorismo

Este jueves, tras operativos policiales, fue detenido Iván B. C., señalado como el principal sospechoso de haber participado en el atentado. En la audiencia de formulación de cargos, un juez dictó prisión preventiva por el delito de terrorismo.

La Fiscalía sostiene que el acusado habría colocado el artefacto explosivo, como parte de una serie de amenazas y extorsiones a negocios de la zona. “Nos piden dinero a cambio de no hacernos daño”, declaró uno de los afectados.

Extorsión, miedo y un pedido urgente de justicia

Comerciantes de La Bahía aseguran que la extorsión es una práctica constante. Tras el atentado, varios locales decidieron cerrar por miedo a nuevos ataques. El Ministerio del Interior, a través del ministro John Reimberg, hizo un llamado a la ciudadanía a colaborar con información.

“Vivimos bajo amenaza constante, ya no se puede trabajar tranquilo”, manifestó una comerciante del sector, pidiendo acciones firmes del Gobierno.

El caso continúa en investigación. Mientras tanto, se trabaja en medidas de apoyo económico y psicológico a las víctimas, y en el fortalecimiento de la seguridad de esta zona emblemática de la ciudad.