Hace algunas semanas, una escena mágica cautivó a México cuando el volcán Popocatépetl, conocido cariñosamente como «Don Goyo», lanzó una fumarola en forma de corazón. Este fenómeno inesperado despertó el espíritu romántico de los habitantes, quienes lo relacionaron con una antigua leyenda tlaxcalteca que ha perdurado por siglos en el imaginario colectivo mexicano: la historia de amor entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

¡¡¡Espectacular!!!

Actividad del #Volcán #Popocatépetl vista desde el #Iztaccíhuatl.

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— Webcams de México (@webcamsdemexico) November 8, 2024

Según National Geographic, la leyenda cuenta la trágica historia de un amor inquebrantable entre Iztaccíhuatl, una doncella hermosa, y Popocatépetl, un joven guerrero valiente. Ambos hicieron la promesa de estar juntos por la eternidad, pero el destino los separó en vida. Sin embargo, sus espíritus fueron inmortalizados en las imponentes figuras de estos volcanes, situados uno frente al otro como eterno testimonio de su amor.

El simbolismo de la fumarola en forma de corazón fue interpretado por los locales como un “recuerdo” de Don Goyo hacia su amada Iztaccíhuatl. La creencia popular sostiene que cuando Popocatépetl “evoca” su amor por ella, emite fumarolas en su memoria, como señal de su eterna unión.