El próximo Presidente de la República debería tener el debido plan de acción para enfrentar temas urgentes sobre la economía del país, aquí te detallamos algunos:

Fenómeno de El Niño

Para enfrentar este escenario, que según el Inamhi golpeará con más fuerza entre octubre y noviembre, el próximo Presidente debería tener un plan claro de financiamiento externo, y optimización del gasto público interno para priorizar recursos en donde más se necesite.

Según cifras históricas, el impacto de un fenómeno de El Niño, como el que se prevé, podría estar en el rango de $3.000 millones y $4.000 millones.

 El ITT

Petroecuador ha registrado pérdidas de ingresos de más de $16.000 millones en los próximos años, si se deja de explotar petróleo en el bloque ITT (Yasuní). Sin embargo, el colectivo Yasunidos asegura que solo se perderán $148 millones anuales.

Ante esto, el grupo Spurrier puntualizó que las soluciones a mano del próximo Presidente podrían ser eliminar el subsidio al menos de la gasolina, aumentar el IVA en 3 puntos porcentuales o pagar cuentas con proveedores, e incluso sueldos públicos, una parte con dinero y otra con papeles del Estado.

Cuentas fiscales

Las cuentas públicas ya han mostrado, durante 2023, una senda de incremento del déficit fiscal (más gastos que ingresos).

Por eso, el próximo Presidente deberá tener un plan para cubrir un hueco presupuestario cada vez más grande y que, desde inicios de 2024 tendrá menos ingresos por Impuesto de Salida de Divisas (ISD) y sin el salvavidas de los impuestos temporales vigentes entre 2022 y 2023.

La dolarización

El país necesita recursos frescos e inversión extranjera, por lo que el próximo Presidente debería presentar medidas claras y concretas para impulsar las exportaciones, atraer capitales de fuera y financiar de manera transparente, y lo más barata posible, el déficit fiscal.

Por esta razón, se pueden volver a despertar las tentaciones de utilizar el dinero de las reservas del Banco Central, aunque sea algo ilegal y que atente contra la dolarización.

Esto sería de alguna forma un paquete, con tres aristas, para defender la dolarización en tiempos de crisis.