Gambia, Indonesia y Uzbekistán son los países que han llorado la muerte de 300 niños afectados presuntamente por componentes de un jarabe que habrían consumido.

Todo empezó hace meses atrás, en los primeros días de octubre en Gambia, en donde se registraron 70 decesos a causa de anormales fallos renales agudos, como reacción a este fenómeno, la Organización Mundial de la Salud activó una alerta para estos países. Según algunos estudios, los jarabes que se encuentran bajo sospecha, contienen cantidades tóxicas de dietilenglicol y etilenglicol. Hasta el momento, es la única coincidencia entre los jarabes anteriormente señalados, provenientes de dos farmacéuticas indias y los implicados en Indonesia de producción local. Luego de un mes, se hizo una nueva alerta a Indonesia por las constantes muertes, en este caso incrementó notoriamente a una cifra de 200 niños.

Y por último, se han contabilizado al menos 21 decesos de niños, en Uzbekistán, y por ende, la OMS emite por tercera vez, una nueva alerta. Haciendo que la cifra suba a 300 niños fallecidos.

Además, el organismo de la ONU indicó a EFE que hay riesgos «potenciales» en otros cuatro países: Filipinas, Timor Oriental, Senegal y Camboya, aunque la presencia de jarabes contaminados en estos lugares no ha sido aún confirmada.