Un atroz femicidio que apagó la vida de Camila Mendoza de 24 años de edad, tuvo fecha el pasado sábado cuando su supuesto compañero de vida junto con su cómplice, se encargaron de quitarle la vida a puños.

Se trató de una broma que terminó brutalmente con la existencia de Mendoza, quien era mamá de una pequeña de 6 años. La pareja se encontraba en una zona de quintas del cordón frutihortícola de Lisandro Olmos, en la periferia de La Plata, lugar del asesinato de Mendoza. Al menos la justicia se hizo presente y detuvieron a  Juan Carlos Segovia de 45 años, femicida, junto su cómplice quien habría inventado un amorío entre Mendoza y un compañero de trabajo, porque le tenía cierta riña.

La víctima, en un intento de salvarse, negaba entre gritos la supuesta infidelidad, y gritaba también por su niña, quien quedaría huérfana de madre. No obstante, nada fue suficiente para que los femicidas dejaran de golpearla en el rostro, hasta alcanzar con su objetivo.

Quien se salvó del acto atroz fue el supuesto amante, apenas con 20 años se estaba enfrentando a dos sujetos que querían golpearlo hasta verlo morir. Sin embargo, las cartas estaban de su lado, pues los agentes se presentaron en el lugar antes de ser alcanzado por la muerte.

Según los datos de la autopsia, la víctima presentaba golpes traumáticos en el rostro y en diferentes partes del cuerpo, y por si fuera poco, contaba con algunas costillas perforadas.

Cuando encontraron a Mendoza, se dieron cuenta que sus femicidas la tiraron a unos pastizales, la dejaron desnuda, con el rostro lleno de sangre, con su pulso apagado que indicaría que hasta ahí habría llegado su vida.