Con un protocolo altamente estricto, la celebridad estadounidense cuenta cómo fue el proceso para usar el vestido icónico que llamó la atención al mundo, «Viajó custodiado por guardias y tuve que ponerme guantes para probármelo» reveló Kim.

Sorprender y llamar la atención ya es costumbre de la familia Kardashian, la Met Gala fue la excusa perfecta para dejar boquiabierto a sus millones de fanáticos, en esta ocasión la socialité usó el vestido con el que Marilyn Monroe canto el cumpleaños número 45 del presidente John F. Kennedy causando revuelo en 1962.

El famoso vestido está basado en un boceto de Bob Mackey para el diseñador de vestuario de Hollywood de origen francés Jean-Louis, el vestuario cuenta con un abrigo de piel blanco que una vez desprendido revela el brillante look translúcido adornado con más de seis mil cristales, usando la tendencia naked drees original.

Luego de impactar al mundo con el misterioso traje de Balenciaga el año anterior, la estrella de reality tenía dos opciones o adelgazar para entrar en el vestido o buscar otra cosa que ponerse, faltando pocos meses para la Met Gala, Kim entró en una dieta estricta para usar el reconocido atuendo: «Me ponía un traje de sauna dos veces al día, corría en la cinta, me quité por completo el azúcar y los carbohidratos y solo comía verduras y proteínas sanas» explicó.

El vestido solo estuvo en la piel de la estrella Kardashian por unos minutos, dado el valor histórico y fragilidad, todo esto para que no corriera ningún riesgo, el proceso fue casi una sofisticada operación militar.

Otra cosa que llamó la atención fue su cabellera rubia, para obtener ese tono tuvo que pasar 14 horas seguidas cambiando el color de su cabello con el peluquero Chris Appleton; además, se peinó con un moño tenso ultramoderado, dando origen al clásico peinado de Marilyn Monroe.

Sin duda, la Met Gala se ha convertido para las Kardashian en la opción perfecta para convertirse en estrellas mundialmente famosas.