“Ofrecí mi vida al Señor por la paz mundial”: El testamento y el último mensaje del papa Francisco
“Ofrezco mis sufrimientos por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos”. La voz del papa Francisco sigue resonando incluso después de su partida, con un mensaje póstumo que honra su legado espiritual y humano.

22 abril, 2025
El mundo sigue rindiendo homenaje al papa Francisco, fallecido el lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años. Pocas horas después de que el Vaticano confirmara su muerte, Vatican News difundió públicamente su testamento espiritual, un documento profundamente íntimo, escrito por el pontífice en junio de 2022.
En este texto, el papa Francisco dejó claro su deseo de ser enterrado con sencillez en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, el santuario mariano que visitó al inicio y al final de cada viaje apostólico. “El sepulcro debe estar en la tierra, sin decoración particular, y con la única inscripción: Franciscus”, escribió.
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Además, indicó que los gastos de su entierro ya habían sido previstos por un benefactor y serían transferidos a la misma basílica, según lo coordinado con el arzobispo Rolandas Makrickas.
Pero el testamento no se limitó a lo material. En él, el Papa ofreció sus últimos años, marcados por el dolor físico, como una entrega voluntaria por la paz mundial, la unidad de los pueblos y el bien común. La Virgen María, figura central en su vida espiritual, aparece como su guía en este último tramo del camino: “Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor”.
Ese mismo día, el Vaticano también reveló un texto inédito escrito por Francisco como prólogo de un libro del cardenal Angelo Scola, titulado “En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez”. En él, el pontífice habla de la muerte no como un final, sino como una transformación:
“La vida eterna… es el comienzo de algo que no terminará”, reflexiona.
Asimismo, reivindica la vejez como una etapa de valor, sabiduría y dignidad: “Decir viejo no significa ser desechado… sino experiencia, discernimiento, escucha, lentitud. ¡Valores que necesitamos desesperadamente!”.
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Ambos escritos —el testamento y el prólogo— componen un poderoso testimonio final de quien lideró la Iglesia con ternura, sencillez y firmeza durante más de una década. Francisco se despide como vivió: fiel a su palabra, con humildad y una fe que trasciende la muerte.