Una explosión que se registró el 7 de noviembre del 2021 en el radar de Montecristi en Manabí, provocó daños en su funcionamiento. Su principal misión era detectar tráficos aéreos no identificados, sobre todo narcoavionetas que aterrizan en pistas clandestinas.  

La Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), informó este 26 de mayo que con el objetivo de “preservar los componentes del radar” y para que la compañía española Indra (a la que se adquirió este radar) “realice la evaluación correspondiente sobre las condiciones técnicas”, la Fiscalía de Manabí autorizó a la Fuerza Aérea que el aparato sea llevado al centro de mantenimiento. Además, la entidad militar se comprometió a informar todos los detalles.

Existen varias hipótesis sobre la explosión, las cuales fueron determinada por la Junta de Investigación de Accidentes Terrestres.

Una de ellas sería, por el mal funcionamiento de la bomba de engrasado, misma que fue descartada por los daños registrados en el equipo.

La segunda se trataría de un mal funcionamiento de los anillos deslizantes. Sin embargo, esta teoría también fue descartada porque en el centro de mando y control no se alertó de un daño en esa parte.   

La tercera hipótesis es que la explosión “fue provocada por un elemento externo”, es decir, no fue por daño en algún componente o parte del radar. Esta fue la causa más probable que determinó la Junta de Investigaciones.