Todos tenemos un recuerdo que permanece intacto pese al tiempo y para Alejandra Proaño, presentadora de noticias de Oromar Televisión, el 16 de abril de 2016 marcó un antes y un después.
¿Dónde estabas cuando la tierra tembló?
En el terremoto estaba con mi familia en la playa Santa Marianita, justo me subía al carro con mi hijo Nicolás, que tenía 3 años en ese entonces, estaban todas las puertas del vehículo abiertas, justo en una loma de tierra. Nico estaba al otro lado del asiento y lo agarré lo más fuerte que pude del brazo, mientras temía que se cayera.
Si bien sabía que había sido un temblor fuerte, no había caído en cuenta de la magnitud de lo ocurrido, hasta que volvimos a Manta. En el camino estaba un poco desesperada por el colapso de las líneas telefónicas, no sabía nada de mi mamá, quien había ido a una reunión con sus amigas, ni de mi papá que estaba con mi abuelita, no sabía de absolutamente nadie.
¿Cómo fue la noche del 16 de abril de 2016?
Esa noche tuve que dormir en la casa de una prima porque yo vivía en Tarqui y no podía ingresar. Al igual que muchos de nosotros, no pude cerrar los ojos en ningún momento, pensando en toda la desgracia que había pasado, en las personas que estaban sufriendo y con los primeros nombres de los fallecidos.
Nunca más pude volver a mi departamento porque demolieron el edificio, pero gracias a Dios solo fueron pérdidas materiales y estuve rodeada de mi familia todos esos días difíciles.
¿Qué enseñanza te dejó el terremoto del 16-A?
Al pasar estos 6 años, puedo darme cuenta que a pesar de vivir una tragedia que nos golpeó a todos, los manabitas día a día luchamos por salir adelante, nos esforzamos y volvemos a empezar. Sin duda, la resiliencia es un ejemplo de lucha y perseverancia que valoro y que quiero demostrar a mi hijo y a los jóvenes que nos ven y que se reflejan en nosotros. Salir adelante ante cualquier adversidad es la esencia de los manabitas.

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