Con la misma sobriedad con la que vivió, José “Pepe” Mujica comenzó este miércoles su último recorrido. Tras su fallecimiento el martes a los 89 años, el país se ha volcado a despedir al expresidente más emblemático de las últimas décadas. La caravana, que partió desde su hogar, marcará el inicio de una serie de homenajes que terminarán con la cremación de sus restos y su entierro junto a su compañera más fiel: su perra Manuela.

Una despedida sin estridencias, con convicciones intactas

El cuerpo de Mujica fue trasladado en la mañana a la Plaza Independencia, frente a la sede presidencial, donde el actual mandatario Yamandú Orsi colocó la bandera uruguaya sobre el féretro. Su viuda, Lucía Topolansky, también estuvo presente en esta primera ceremonia.

La caravana continúa por los puntos clave de su historia política: la sede del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Amplio. Todos símbolos de una vida marcada por la lucha social, la militancia y el compromiso con los más humildes.

El velatorio oficial se lleva a cabo en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. La presidenta de la Asamblea General, Carolina Cosse, suspendió toda actividad en el lugar hasta nuevo aviso, en señal de duelo nacional.

Se prevé que la ceremonia se extienda hasta este jueves 15 de mayo. Líderes internacionales, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el español Pedro Sánchez y la argentina Cristina Fernández de Kirchner, ya confirmaron su asistencia.

El último deseo: descansar con Manuela

Pero el último acto será el más íntimo. Mujica había pedido ser cremado y que sus cenizas se depositen en su chacra, junto a la tumba de Manuela, su perra sin raza y de tres patas que lo acompañó durante años, incluso en sus días como presidente.

En una entrevista con CNN, meses antes de morir, Mujica fue claro: “Cuando me muera, me van a quemar y me van a enterrar ahí, junto a Manuela”. Manuela, que falleció en 2018, fue mucho más que una mascota: estuvo presente en reuniones de Estado, caminó por los jardines de la residencia presidencial y compartió silencios y soledades con el líder uruguayo.