La emergencia declarada en la Refinería de Esmeraldas un día después del incendio del 26 de mayo no fue una medida simbólica. Informes técnicos internos revelan que la unidad FCC, considerada el núcleo de la planta, sufrió daños tan graves que no podrá retomar operaciones hasta que se construya una nueva subestación eléctrica.

El siniestro comenzó fuera de la FCC, pero las consecuencias alcanzaron de lleno a esta unidad, vital para la producción de gas doméstico y gasolina de alto octanaje. Según el reporte del intendente de operaciones, a las 10:15 de la mañana se registró una anomalía en los tanques de Fuel Oil. Apenas nueve minutos después, a las 10:24, se desató un incendio seguido de explosiones.

El personal técnico actuó de inmediato junto al cuerpo de bomberos, logrando sofocar las llamas alrededor de las 15:00. Sin embargo, ya era tarde para evitar pérdidas críticas: los tanques de almacenamiento quedaron destruidos, varios equipos resultaron inutilizables y la subestación eléctrica “D” fue completamente arrasada.

Esta subestación es esencial para alimentar de energía a la unidad FCC. Sin ella, el arranque de la planta es imposible. El diagnóstico es claro: se requiere una reconstrucción completa del sistema eléctrico. Los daños incluyen la pérdida total de interruptores, barras conductoras, tableros de control y celdas.

La FCC no es una instalación menor. De su operatividad dependen productos fundamentales como el gas licuado de petróleo (GLP) para uso doméstico y las bases para la producción de gasolina. Aunque Petroecuador aseguró que el abastecimiento se mantendrá desde otros centros, reconoció que habrá necesidad de importar combustible en mayo, junio y parcialmente en julio.

Por ahora, el precio de los combustibles no se verá afectado, ya que permanece regulado por la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífero (ARCH).