“Si me ves, llora”: las «piedras del hambre» que la sequía de los principales ríos de Europa pone al descubierto
La sequía que sufre Europa está dejando al descubierto una siniestra advertencia de nuestros antepasados presagiando periodos de miseria.
24 agosto, 2022
La sequía que sufre Europa está dejando al descubierto una siniestra advertencia de nuestros antepasados presagiando periodos de miseria.
Las conocidas como «piedras del hambre» son rocas en el lecho de los ríos que solo son visibles cuando los niveles del agua son extremadamente bajos.
Esculpidos en ellas, antiguos pueblos dejaron mensajes sobre las catástrofes desencadenadas por la falta de agua y recordatorios de las dificultades sufridas durante las sequías.
Las inscripciones se remontan a décadas y siglos atrás, explicó el usuario @Batallitass en un hilo de tuiter que se ha hecho viral estos días.
La inscripción más antigua encontrada en la cuenca del río Elba data de 1616 y está en alemán.
Su traducción es «Si me ves, llora».
Es particularmente famosa porque sus habitantes cincelaron en su superficie las fechas de severas sequías.
Según un estudio llevado a cabo en 2013 por un equipo checo, en ella se pueden leer los años 1417, 1616, 1707, 1746, 1790, 1800, 1811, 1830, 1842, 1868, 1892 y 1893.
«La vida volverá a florecer una vez que esta piedra desaparezca», se lee en otra de las rocas talladas.
«El que una vez me vio, lloró. El que me vea ahora llorará», augura una más.
«Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de superficial fue el agua en el año 1417″, dice otra.
Piedras que anuncian la pobreza
Y es que en el pasado, que el agua llegara a esos niveles tan bajos significaba pobreza y carencia para muchas ciudades.
La sequía acarreaba la ruina en los cultivos pero también cortaba las vías fluviales por las que llegaban alimentos, suministros de todo tipo y carbón para cocinar, amenazando el sustento de las familias que vivían a lo largo de la costa.
Y tras eso llegaban las hambrunas.
Antiguamente, el área de Europa Central, que incluye partes de Alemania, República Checa, Eslovaquia, Austria y Hungría, dependía de la tierra fértil en la margen de los ríos para producir alimentos.
De hecho, en Alemania estas piedras se las conoce como «Hungersteine».
Cuenta el usuario de tuiter que el nombre procede de una inscripción en una de ellas, «Hungerjahr 1947» o Año del hambre 1947.
«Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania sufrió una gran hambruna en el invierno de 1946-1947. Tres grandes olas de frío dificultaron la vida de la población. En enero de 1947, 60 kilómetros del Rin se congelaron», explica @Batallitass.
La navegación fluvial se paralizó, cortando una ruta de transporte vital por la que llegaba carbón para la calefacción y alimentos.
Muchas personas murieron de hambre y frío.
En los últimos años, el fenómeno de la sequía se ha convertido en la manifestación más destacada del cambio climático en Europa central.
Recordatorios del pasado
Una de las localidades en dejar al descubierto más piedras es Děčín, una ciudad al norte de la República Checa, donde confluyen los ríos Elba y Ploučnice y muy cerca de la frontera con Alemania.
El río Elba nace en la República Checa y fluye a través de Alemania hacia el Mar del Norte.
En su caudal asoman hasta una docena de estas piedras, recordando a la población local un período duro en el pasado.
Otra piedra del hambre se exhibe en el museo de la ciudad de Schönebeck, una antigua lápida que yacía en una dársena del puerto y en la que se tallaron niveles de agua particularmente bajos.
En 1904 el agua bajó hasta los 47 cm y la visibilidad de esta piedra indicaba a los barcos que el caudal no era suficiente para navegar.
Además de las piedras, en el cauce del río se han encontrado varias bombas de la Segunda Guerra Mundial sin explotar.
Sequía extrema
En las últimas semanas, Francia y España han debido restringir el consumo de agua por una fuerte sequía.
En zonas de ambos países, las autoridades se han visto obligadas a cortar el suministro en determinadas circunstancias.
El gobierno francés declaró que el país se enfrenta a la peor sequía registrada en la historia.